Una vivienda con consumo cero.

IMG_0662.PNG¿Se imaginan vivir en una casa que no toma la energía de la red? En los tiempos que corren, un hogar que no tiene dependencia de las compañías eléctricas ni de los combustibles fósiles (gas natural, gasóleo, etc.), no es sólo sinónimo de ahorro, sino también de sostenibilidad.

En el este de la Comunidad de Madrid se encuentra la primera vivienda de la región que basa todo su consumo en la producción propia a través de fuentes de energía renovables.

Su diseño forma parte del ahorro energético. «Su orientación al sur, su aislamiento, las calidades en los materiales y una enorme cristalera en el salón permiten aprovechar la luz solar, convirtiéndola prácticamente en una casa pasiva que se apoya en la tecnología renovable», describe Vaquero.

Desde la concepción de la casa, Alternativas Energéticas, se tuvo en cuenta los recursos capaces de cubrir las necesidades energéticas básicas de la vivienda durante su vida útil. No es necesario abrir las ventanas para ventilar las estancias, con el consiguiente ahorro de energía. El aire circula y se renueva en su interior gracias a una unidad de tratamiento que, abastecida por un pozo canadiense(técnica consistente en una serie de tubos enterrados bajo la superficie por donde circula el aire), logra que la casa esté fresca en verano y cálida en invierno con un consumo muy bajo.
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‘El calor que desprende el frigorífico es transportado a la unidad de tratamiento’ Se trata de un intercambiador que aporta tanto calor como frío, extrayendo también el aire de las zonas más recónditas de la vivienda, donde se genera calor innecesario, como por ejemplo de la sala técnica donde están los convertidores, o más curioso aún, de la parte trasera del frigorífico.

El suministro de agua también se ha tenido muy en cuenta. Una red de recogida de aguas pluviales y grises (procedente de las duchas, lavabos y bañeras) abastece dos depósitos de 60.000 y 8.000 litros, respectivamente. Su aprovechamiento permite llenar las cisternas de los inodoros y regar las zonas verdes y un pequeño invernadero que tiene la vivienda.

Cuando no es suficiente con el calor generado por la renovación del aire, el suelo radiante, el agua caliente sanitaria e incluso la piscina climatizada de la vivienda se alimentan de los colectores de energía solar térmica. También ayuda a este cometido una bomba de calor geotérmica que toma la energía de la tierra, concretamente de cuatro pozos de 90 metros, y que posibilita mantener una temperatura de confort en la vivienda durante todo el año.

Disfruta de una minired propia alimentada por la energía producida por el campo solar
Finalmente, una instalación fotovoltaica de autoconsumo con dos inversores de cinco y tres Kw inyecta en una minired propia, la energía producida por el campo solar, con el fin de suministrar a las cargas y aprovechar el excedente cargando las baterías de esta minired. Potencia más que suficiente para abastecer la casa y la oficina situada en la parcela contigua.

Por si eso fuera poco, se quiere seguir retando al pool eléctrico con la instalación de un generador eólico en la cubierta y un pequeño equipo de microcogeneración para apoyar el sistema en los días más desfavorables del invierno y «cortar cuanto antes el cable con la compañía eléctrica».

Una instalación domótica para la gestión y el control basada en la tecnología KNX hace el resto. Persianas motorizadas y con control solar y sensores de presencia, temperatura e iluminación (el 95% de los puntos de luz son de tecnología LED) conviertan la  casa en un hogar prácticamente autosuficiente. Un proyecto que se ha realizado como una inversión en I+ D y sin ningún tipo de ayuda o subvención.

 

 

 

Extraído de El Mundo

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